¿Jugada maestra o un manotazo de ahogado con olor a elecciones?
A fines de septiembre de 2025, el Gobierno argentino nos regaló uno de esos capítulos que solo se escriben en nuestro país: el «levantamiento exprés» de las retenciones al campo. Fue una relación tan intensa como breve, un «fuiste y volviste» fiscal que dejó a todos con la cabeza girando. Y, como no podía ser de otra manera, en el medio se coló el personaje principal de cualquier crisis argentina que se respete: el pánico de los mercados, alimentado por una oposición en modo oportunista y un coro mediático y de redes que prende fuego todo.

Desde La Rosada lo bautizaron el «efecto kuka», como si el problema fuera un hechizo maléfico y no el temor crónico de quienes prestan plata. Pero hagamos memoria: en los incontables discursos de los también incontables ministros de economía de nuestra historia, una frase se repite más que el «dolar futuro»: «dar confianza a los mercados». Y, ¿qué hicieron esos mercados? Negocios rápidos, se llenaron de guita y, sistemáticamente, nos dejaron con el traste colorado como un mandril. ¿Fue entonces una medida económica de emergencia o un guiño político con olor a urnas? Acá te lo diseccionamos con data y sin perder la sonrisa.
Cronología de un romance fugaz: «Hasta que el cupo nos separe»
El 22 de septiembre, con la fanfarria habitual, el Gobierno publicó el Decreto N° 682/2025. La promesa era tentadora: retenciones a cero para soja, maíz, trigo y sus derivados. Pero, como todo amor argentino, tenía sus condiciones: o hasta el 31 de octubre, o hasta que se agotara un cupo de US$ 7.000 millones.
¿Qué pasó? El campo, que no es tonto, liquidó a lo loco. En tres días, el cupo voló. ¡Más rápido que la leche en un remate! El 25 de septiembre, el gobierno, con una cara digna de un emoji de sorpresa, tuvo que dar marcha atrás y reponer los impuestos. El «levantamiento» duró menos que el entusiasmo por un feriado puente.
El «por qué» oficial: La versión de la Rosada
- Acelerar la entrada de dólares: Básicamente, un «¡traigan los verdes ya!» para calmar al dólar, que siempre está más nervioso que nosotros en un lunes.
- Flexibilidad económica: Una forma de decir «miren que podemos ser flexibles», en medio de una crisis que nos tiene más tiesos que un palo de amasar.
- Un mimo al campo: Un alivio fiscal temporal, como cuando te perdonan una deuda de la facu… por una semana.
- El elefante en la habitación: Un mensaje político clarísimo de acercamiento al sector, en un año donde, oh casualidad, hay elecciones legislativas. Coincidencia, ¿no?
El «Efecto Kuka» vs. La Desconfianza Crónica: Un clásico argentino
Mientras el Gobierno intentaba la jugada, la oposición, los medios afines y las redes se encargaron de prender el semáforo en rojo. Cada declaración, cada tuit, cada titular era un nuevo «sismo de confianza» que hacía vibrar los pisos de la City porteña. El Presidente lo resumió en el «efecto kuka», culpando al «terrorismo financiero» de la oposición.
Pero, seamos sinceros: en Argentina, la desconfianza no es un efecto, es el estado natural de las cosas. Los mercados nos conocen. Saben que somos expertos en el «zafarí fiscal» y el «default express». Por algo, cada vez que un ministro repite el mantra de «vamos a dar confianza», es la señal para que los grandes jugadores hagan su apuesta rápida, saquen la ganancia y desaparezcan, dejándonos a los de siempre pagando el pato. No es un «efecto», es la memoria histórica de un país el que siempre paga los platos rotos el que pone el lomo, y zafa la clase dirigente (también los millonarísimos nacionales y populares).
«Las críticas: Cuando la teoría choca con la realidad argentina»
Acá es donde el relato se agrieta más que un camino de tierra. Las quejas llovieron de todos lados:
- Improvisación 2.0: La medida fue vista como otro «plan del día» sin previsibilidad. ¿A alguien le suena?
- Los de siempre ganan: Los grandes exportadores, con la logística para mover la cosecha en 72 horas, se llevaron el premio gordo. El pequeño y mediano productor se quedó, una vez más, con las ganas. Algo así como llegar al asado y que solo queden las ensaladas.
- Agujero fiscal de US$ 1.400 millones: El costo de la fiesta express. Una plata que, en un país serio, serviría para algo más que apagar un incendio.
Pero el costo más alto no está en las planillas, sino en el silencio.
Mientras tanto, en los barrios más pujantes de Argentina, ahí donde viven los operarios, albañiles y pequeños comerciantes que levantan sus hogares con sus propias manos, el silencio es ensordecedor. Las amoladoras están mudas, las palas no raspan el piso al hacer el pastón, y los cortafierros no son castigados por la maza. La micro-economía dejó de estar parada para retroceder. Lo que en la planilla de cálculo es una curva en rojo con el título «recesión», es para la gente de trabajo, menos consumo. Y en ese punto, los que viven con el «rebusque» del día a día, comienzan a sentir el hambre.
Pueden mostrar estadísticas con la disminución de la pobreza. Pero en un país donde (oficialmente) 4 de cada 10 personas son pobres y 3,24 millones viven en la indigencia, la pérdida fiscal de U$S 1.400 millones es casi como que se endeudó a cada uno de ellos en U$S 432. Esa plata, que se esfumó en tres días, podría haber sido ladrillos, trabajo, comida o esperanza.
- Efecto inflación: Cero. Esperaban que bajen los precios de la góndola, pero la harina y el pan siguieron tan campantes. Una decepción a la altura del precio del fernet.
El origen de la deuda: ¿Por qué tanta urgencia por los dólares?
Acá va un dato clave para entender el manotazo. A finales de 2025, Argentina enfrenta vencimientos de deuda monumentalmente pesados. Estamos hablando de:
- Letras del BCRA (LELIQs): Un stock gigantesco que el Central tiene que renovar o pagar constantemente, presionando sobre la base monetaria y el tipo de cambio.
- Préstamos con organismos internacionales: Cuotas pendientes con el FMI que son más difíciles de esquivar que un bache en Palermo.
- Bonos en dólares del Tesoro: Deuda soberana que vence y que, sin reservas, es impagable.
En criollo: las arcas estaban (y están) más vacías que un estadio de Vélez, y necesitaban dólares frescos ya para evitar un default que asuste hasta a los fantasmas.
Impacto real: ¿Sirvió para algo?
Sí, pero fue un éxito efímero. Se liquidó un récord de granos, el BCR sumó unos mangos en reservas y el dólar bajó la cabeza por… un par de días. Pero el campo, lejos de sentirse mimado, quedó con un sabor amargo. La falta de reglas claras es el principal reclamo de un sector que, con cada vaivén, piensa dos veces antes de invertir.
Reflexiones finales (para no llorar)
Esta suspensión temporal de retenciones fue el equivalente económico a tomar una cerveza bien fría para calmar la sed: alivia en el momento, pero no soluciona el problema de fondo. Y en el medio, el eterno teatro argentino: el gobierno culpando al «efecto kuka», la oposición avivando el fuego y los mercados, que nos conocen de memoria, haciendo su juego rápido para después dejarnos… bueno, ya saben cómo.
Pero la verdadera tragedia no se mide en puntos del riesgo país, sino en amoladoras apagadas y platos vacíos. Mientras la macroeconomía juega al casino con números abstractos, la economía real, la de la pala y el horno de pan, retrocede.
¿Fue una señal política? Obvio. En año electoral, todo gesto es un mensaje.
¿Fue una medida coyuntural? También. Fue un parche para ganar tiempo y dólares, con un costo fiscal alto y un costo social aún mayor.
Lo que el campo (y el país) necesitan no es un «casamiento exprés» con el gobierno de turno, sino un esquema fiscal serio, claro y previsible. Algo que en Argentina suena tan utópico como encontrar un colectivo que pase justo cuando llegás a la parada. Mientras tanto, seguiremos navegando estas crisis con la única herramienta que nos queda: el humor, preferentemente, negro, para no escuchar el silencio de las obras paralizadas.
Fuentes consultadas (para que no digan que inventamos todo):
- Reuters: ‘Argentina suspends agro-export taxes to scoop up dollars’ (22/09/2025)
- Reuters: ‘Argentina reapplies export taxes on grains and by-products’ (25/09/2025)
- El País: ‘El campo argentino cuestiona la vuelta de los aranceles a las exportaciones’ (26/09/2025)
- Chequeado, La Nación, Federación Agraria, Cadena 3 (y la sabiduría callejera de escuchar a la gente en el almacén).




