¿Cómo tener una relación más sana con el cuerpo?

Hay muchas razones por las que puede ser difícil tener una buena autoimagen corporal. La presión cultural a raíz de una sociedad y medios de comunicación que promueven ideales de belleza difíciles de alcanzar; las experiencias negativas, como el acoso o el rechazo debido a la apariencia física, que afectan la forma en que nos vemos a nosotros mismos; las enfermedades crónicas, las discapacidades, la medicación o los tratamientos médicos que pueden causarcambios en la apariencia física que pueden ser difíciles de aceptar; y las comparaciones con los demás que pueden llevar a la falta de confianza son solo algunos de los tantos y constantes estímulos negativos.

En este contexto, tener una buena relación con nuestro cuerpo puede ser un desafío. Desde Filo News, hablamos conDaniela Aza, comunicadora y referente de la diversidad y discapacidad (@shinebrightamc), y Agustina Murcho, nutricionista experta en trastornos alimentarios (@nutricion.ag), sobre como ante este escenario no podemos pensar solamente en cómo nos alimentamos sino en cómo cuidamos nuestra mente de todas las imágenes y estímulos que nos llegan de todos lados.

La asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia (Aluba) estima que en la actualidad entre el 10% y el 15% de la población sufre algún trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Además, los TCAs los sufren en mayor medida las mujeres (90%) en comparación con los hombres (10%) y suelen desarrollarse en la pubertad y/o adolescencia, aunque se está viendo cada vez más en niños. Aún más, Argentina es uno de los primeros 3 países con más TCAs a nivel mundial.

Pero nadie nace odiando su cuerpo. «Si nos criamos en un entorno donde la delgadez es ‘lo mejor’, donde hay cultura de dieta y si sufrimos bullying en la escuela o en el entorno familiar se hacen comentarios relacionados al cuerpo, y si además uno tiene una personalidad y una estructura cerebral para desarrollar un trastorno alimentario, seguramente se desarrolle«, sostiene Agustina Murcho.

Y los ideales de cuerpo establecidos no solo tienen que ver el mandato de la delgadez sino también con la discapacidad. Daniela Aza, que con 15 cirugías pudo superar su diagnóstico de Artrogriposis Múltiple Congénita, cuenta: «Yo como mujer con discapacidad tengo muchísimos mensajes alrededor que me dicen que yo estoy mal, que no soy una mujer ‘bella’, que ‘no puedo’ por no cumplir con esos ideales. Hay un esfuerzo que tengo que hacer para que eso no me afecte de alguna manera o buscar alguna forma de silenciar eso que no me está ayudando«. 

Entonces, ¿cómo acercarnos a tener una relación más sana con nuestro cuerpo?Por un lado, Aza cree que esto no tiene que ver con estar bien todo el tiempo porque eso es irreal. «Para mi, es fundamental respetar mi cuerpo en mis condiciones porque es el que hace que pueda lograr muchísimas cosas a mi manera que es distinta a la de las demás personas, ¿cómo no quererlo? Ahora, no todos los días podemos estar bien y siento que eso también debemos permitirlo. Hay días mejores y peores. Muchas veces me pasa que cuando sufrí algún tipo de exclusión o no tuve una experiencia buena estoy de mal humor todo el día. Me permito estarlo y desahogarme«.

«Nadie puede ser feliz todo el día. Pero si podemos trabajar internamente para dejar ir o fluir aquello que no podemos controlar. Si yo me quedaba toda la vida anclada en lo que mi cuerpo no puede hacer o lograr, no iba a salir adelante y no me iba a reinventar como lo hice. Siempre iba a buscar afuera lo que estaba muy dentro mío. En vez de eso me focalicé en lo que sí podía hacer con lo que me tocó«, agrega.

Agustina Murcho, desde su enfoque de nutricionista, sostiene que una persona puede empezar a tener una relación más sana con su cuerpo si no restringe alimentos o se expone a dietas restrictivas. «Cuando una persona empieza una dieta, sea por el motivo que sea, es muy probable que la relación con la comida cambie«, explica. Para ella, no hay persona que tenga mala relación con la comida sin antes haber empezado una restricción; porque las dietas hacen que la persona empiecen a dividir los alimentos en buenos y malo, dándoles culpa, miedo engordar y, en consecuencia, «se le pone un significado bastante negativo a ciertos alimentos«. 

«Para la mente de una persona con trastornos alimentarios, la comida genera miedo, ansiedad y culpa. La culpa es aprendida, nadie nació con culpa a comer,sino que es algo que se aprende durante la vida porque nos lo enseñaron. Se cree que comer esta mal, que comer es un delito, que no podemos disfrutar de lo que nos gusta, por lo tanto, al hacerlo, sentimos que estamos transgrediendo, cuando no es asi. Comer y disfrutar es humano y nadie debería sentir culpa por hacerlo«, enfatiza.


Por todo lo anterior, la nutricionista concluye con que no hay «tips» para querernos másporque no es tan fácil y depende mucho de la vida de cada uno. «Lo que si se aconseja es que se haga tratamiento con un equipo interdisciplinario especializado para salir adelante, y a medida que avanza el tratamiento, se ira trabajando sobre la imagen corporal y relación con la comida, haciendo que esto mejore«, señala. 

Aza agrega que es también muy importante considerar qué conversación estamos teniendo con nosotras mismas. «¿Qué nos decimos? ¿Son palabras positivas o de rechazo? No podemos vernos bien si todo el tiempo nos estamos recriminando o diciendo que no somos suficientes. Tampoco podemos reclamar, visibilizar o cambiar cosas si nos percibimos de esta manera. El problema es que esto suele suceder porque el exterior nos lo dice. Por eso es importante desconectar de esos mensajes negativos, las personas que no te suman, las actividades que no te hacen sentir bien«, finaliza.

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